Los novelistas de la Generación del
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Dos notas son
fundamentales en esta nueva orientación:
- El
subjetivismo o antirrealismo. No se persigue, como en la estética
realista, la reproducción exacta de la realidad, sino la expresión de la
realidad interior.
- Concepción totalizadora. La novela
es un género multiforme, en el que tienen cabida también a reflexión
filosófica, el ensayo, el lirismo... (Azorín habla de ‘novela permeable’).
La novela unamuniana
escapa de los postulados tradicionales del género: no hay descripción
ambiental, no hay autonomía en los personajes, el desarrollo es mínimo; para
estas novelas tan heterodoxas, Unamuno acuñó el término "nivolas".
Unamuno se sirvió de la novela, igual que hará con el resto de los géneros
literarios que cultivó a lo largo de su vida, para la expresión y reflexión de las mismas
ideas obsesivas sobre la religión, la vida, la muerte y la propia conciencia.
Para ello interviene en el relato, dialoga con sus personajes, los convierte en
símbolos, interpela al lector...
En 1914 publica Unamuno
la que, sin duda, es su mejor novela: "Niebla". Lo que más
sorprende al lector de esta obra es la utilización del conocido juego
vida-literatura: Augusto Pérez, el protagonista de la novela, se enfrenta con
su creador en un ambiente de confusión entre lo que es verdad y lo que es
ficción. Algunos críticos interpretan la obra desde el problema de la libertad
del personaje frente a su creador; si consideramos a Augusto Pérez trasunto de
Unamuno, esto le serviría al autor para exponer su rebelión contra Dios.
Unamuno también se sintió
atraído por el tema de la lucha entre hermanos, por la historia bíblica de Caín
y Abel. Este motivo fratricida sirve de base a su novela "Abel Sánchez"
(1917), metáfora, en cierto modo, de la envidia hispana y de la imposibilidad
de convivencia de los seres humanos.
Tras "La tía
Tula" (1921), ese complejo personaje femenino que se mueve
constantemente entre el deseo y la culpa, Unamuno publica "San Manuel
Bueno, mártir “ (1930). En esta obra aparecen todos los motivos que,
recurrente e insistentemente, habían ido apareciendo en sus novelas anteriores:
la lucha agónica del individuo en este mundo, el creer y el aparentar creer, la
soledad, los problemas de la fe, la vida como sueño... Cuenta la historia de un
cura de pueblo que ha perdido la fe, pero que aparenta tenerla para que sus
feligreses mantengan intactas sus creencias religiosas.
En conclusión, Unamuno
expresa a través de sus personajes, convertidos en "otros yos", sus
propias preocupaciones e incertidumbres, su propio sentir paradójico.
Pío Baroja 1872-1956
De ideología liberal,
evolucionará con el tiempo hacia un cierto conservadurismo moral. Sin embargo,
las críticas que parecen en sus libros, tanto a sectores identificados
tradicionalmente con las derechas como con las izquierdas, le enemistaron con
los dos bandos enfrentados en la guerra civil.
Su producción narrativa se organiza en grupos de tres novelas (trilogías) que siguen un
tema común.:
- Madrid en sus distintos
ambientes y clases sociales (trilogía de “La lucha por la vida”: "La
busca"; "Mala hierba"; "Aurora roja"). “La
busca” nos cuenta la historia de Manuel, su caída en la delincuencia y sus
andanzas por las afueras de la ciudad (que representa el mundo de la golfería).
- Ciudades europeas que
él conoció (trilogía de "Las ciudades")
- El País vasco y las
tareas del mar (trilogías “Tierra vasca” –“La casa de Aizgorri”, “El
mayorazgo de Labraz” y "Zalacaín el aventurero"- y “El mar”).
- Las guerras carlistas y
la historia española del XIX sirven de trasfondo a la serie titulada "Memorias
de un hombre de acción" integradas por 22 novelas centradas en la vida
de Eugenio de Avinareta, antepasado de Baroja.
- Conflictos existenciales
de un individuo sensible en la España de la época ("El árbol de la
ciencia", "Camino de perfección"). “El árbol de la ciencia”
narra la vida de Andrés Hurtado hasta su suicidio tras el nacimiento de
su hijo y la muerte de su mujer. En la
novela se presenta la lucha entre el ‘árbol de la ciencia’, que representa el
propio Hurtado -“la ciencia es la única construcción válida de la humanidad”- y
‘el árbol de la vida’, que representa
Iturrioz, quien propugna la necesidad de “una fe, una ilusión”.
- Otros títulos de Baroja:
"Las inquietudes de Santhi Andía".
Sus novelas se
caracterizan por los siguientes rasgos:
- Novelas centradas en un
personaje -activo y dominador o pasivo y sin voluntad- a través de la cual nos
introducimos en los distintos ambientes.
- Acción y diálogos
abundantes, mediante los cuales se exponen distintas concepciones del mundo.
Como contrapunto aparecen a veces una especie de remansos líricos.
- Marcada presencia del
narrador a través de comentarios y reflexiones (lo que permite al propio Baroja
expresar sus ideas filosóficas,
literarias y políticas).
- Descripciones
impresionistas a base de pinceladas o unos pocos detalles físicos y
psicológicos para describir a los personajes.
- Cierto desaliño
expresivo (exagerado por los críticos). Para Baroja todo debía subordinarse a
la exactitud y a la claridad, de ahí la naturalidad de su estilo y el tono
conversacional de sus novelas.
Valle Inclán 1866-1936
Dos estilos definen la obra de Valle: modernismo y esperpento.
Los años iniciales están
marcados por la tendencia modernista y representados por las cuatro "Sonatas",
subtituladas “Memorias del Marqués de Bradomín”: Sonata de otoño (1902), Sonata de
Estío (1905), Sonata de Primavera (1904) y Sonata de invierno(1905);
supuestas memorias del Marqués de Bradomín, una especie de donjuan, "feo,
católico y sentimental". La vida de este peculiar caballero español
aparece envuelta en un halo de misterio, aventuras, amores y provocación, en un
ambiente de elegancia exquisita, pero decadente. Lo más destacable de las
Sonatas, son sus valores formales, la prosa rica, refinada, sensual y llena de
ritmo.
De esta primera época
también es la trilogía de La guerra carlista: “Los cruzados de la
causa”, “El resplandor de la hoguera” y
“Gerifaltes de antaño”
(1908/1909), que narran episodios de la última guerra carlista de España.
Entre las obras de la
última época destaca la que sin duda, es una de las mejores novelas de la
primera mitad del siglo XX, "Tirano Banderas" (1926). La
historia se centra en un supuesto dictador americano y no está localizada en un
tiempo ni espacio concretos(aunque la ambientación lleva a pensar
inmediatamente en México, país que valle visitó varias veces). En ella sigue
apareciendo la técnica esperpéntica, esa visión deforme y monstruosamente
grotesca de los personajes. Merece destacarse
el asombroso dominio de la lengua con la incorporación de giros y
expresiones hispanoamericanas.
Por último las tres novelas del "Ruedo ibérico"
(1927-1932), en las que Valle intenta reflejar la historia y vida de nuestro
país desde el reinado de Isabel II hasta el desastre del 98, ponen al
descubierto la degradación social y moral de España durante esta época.
Azorín 1873-1967
En las novelas de Azorín (José Martínez Ruiz) la narración se
fragmenta en instantáneas que congelan el tiempo y captan la impresión del
instante. Un ejemplo de novela impresionista es “La voluntad”
(1902). Más tarde escribe “Don Juan”
(1922) y “Doña Inés” (1925), en las que se describe minuciosamente el ambiente
y la sensibilidad de los personajes.
Novecentismo y Vanguardia
- Dentro
de la tendencia realista, pero con un tono frecuentemente humorístico
estaría la obra del gallego Wenceslao Fernández Flórez (“El
bosque animado”).
- Ramón
Pérez de Ayala. Sus primeras cuatro novelas tienen un
mismo protagonista y un fuerte contenido autobiográfico, como “A.M.D.G”, contra la educación de
los jesuitas. En la década de los
veinte escribe una serie de novelas (por ejemplo, "Belarmino y
Apolonio") que pueden llamarse intelectuales porque lo importante
en ellas no es la acción sino las reflexiones sobre los temas más diversos
(filosofía, psicología, política, moral).
- Gabriel
Miró. En una primera etapa ("Las cerezas del
cementerio", 1910, novela intimista y de introspección) está muy
presente la influencia modernista:
ambientes refinados y artificiosos, personajes abúlicos e inadaptados,
atmósfera sensual. En una segunda etapa ("Nuestro Padre San Daniel",
1921; "El obispo leproso", 1926), Miró encuentra un
estilo más personal con una prosa elaboradísima, en la que lo más
importante son las prolijas descripciones de sensaciones y
ambientes. En “Nuestro Padre
San Daniel” se cuenta un corto período de la vida de Oleza; los personajes se
dividen en dos bandos: los que aman la vida y los que no.
- Ramón Gómez de la Serna. Conocido sobre todo por sus “Greguerías”, pero quizá lo más interesante de su producción literaria sean sus novelas. Por ejemplo, “La viuda blanca y negra”, cuya historia se centra en una única relación erótica, la de Cristina y Rodrigo.
Es muy interesante espero que sigas sacando artículos porqye me ayudan mucho en mis estudios
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