miércoles, 22 de enero de 2014

La novela y el ensayo antes de la Guerra Civil

LA NOVELA ANTES DE LA GUERRA CIVIL

Los novelistas de la Generación del 98

 En 1902 se publican en España cuatro obras significativas: "La voluntad" de Azorín, "Amor y pedagogía" de Unamuno, "Camino de perfección" de Baroja y “Sonata de otoño” de Valle-Inclán  Con ellas se inicia un camino innovador, que culminará en los años y décadas siguientes.

   Dos notas son fundamentales en esta nueva orientación:

  • El subjetivismo o antirrealismo. No se persigue, como en la estética realista, la reproducción exacta de la realidad, sino la expresión de la realidad interior.
  •  Concepción totalizadora. La novela es un género multiforme, en el que tienen cabida también a reflexión filosófica, el ensayo, el lirismo... (Azorín habla de ‘novela permeable’).
Unamuno

   La novela unamuniana escapa de los postulados tradicionales del género: no hay descripción ambiental, no hay autonomía en los personajes, el desarrollo es mínimo; para estas novelas tan heterodoxas, Unamuno acuñó el término "nivolas". Unamuno se sirvió de la novela, igual que hará con el resto de los géneros literarios que cultivó a lo largo de su vida,  para la expresión y reflexión de las mismas ideas obsesivas sobre la religión, la vida, la muerte y la propia conciencia. Para ello interviene en el relato, dialoga con sus personajes, los convierte en símbolos, interpela al lector...

   En 1914 publica Unamuno la que, sin duda, es su mejor novela: "Niebla". Lo que más sorprende al lector de esta obra es la utilización del conocido juego vida-literatura: Augusto Pérez, el protagonista de la novela, se enfrenta con su creador en un ambiente de confusión entre lo que es verdad y lo que es ficción. Algunos críticos interpretan la obra desde el problema de la libertad del personaje frente a su creador; si consideramos a Augusto Pérez trasunto de Unamuno, esto le serviría al autor para exponer su rebelión contra Dios.

   Unamuno también se sintió atraído por el tema de la lucha entre hermanos, por la historia bíblica de Caín y Abel. Este motivo fratricida sirve de base a su novela "Abel Sánchez" (1917), metáfora, en cierto modo, de la envidia hispana y de la imposibilidad de convivencia de los seres humanos.

   Tras "La tía Tula" (1921), ese complejo personaje femenino que se mueve constantemente entre el deseo y la culpa, Unamuno publica "San Manuel Bueno, mártir “ (1930). En esta obra aparecen todos los motivos que, recurrente e insistentemente, habían ido apareciendo en sus novelas anteriores: la lucha agónica del individuo en este mundo, el creer y el aparentar creer, la soledad, los problemas de la fe, la vida como sueño... Cuenta la historia de un cura de pueblo que ha perdido la fe, pero que aparenta tenerla para que sus feligreses mantengan intactas sus creencias religiosas.

   En conclusión, Unamuno expresa a través de sus personajes, convertidos en "otros yos", sus propias preocupaciones e incertidumbres, su propio sentir paradójico.          

 

 Pío Baroja 1872-1956

 

   De ideología liberal, evolucionará con el tiempo hacia un cierto conservadurismo moral. Sin embargo, las críticas que parecen en sus libros, tanto a sectores identificados tradicionalmente con las derechas como con las izquierdas, le enemistaron con los dos bandos enfrentados en la guerra civil.

   Su producción narrativa se organiza en grupos de tres novelas (trilogías) que siguen un tema común.:

  - Madrid en sus distintos ambientes y clases sociales (trilogía de “La lucha por la vida”: "La busca"; "Mala hierba"; "Aurora roja"). “La busca” nos cuenta la historia de Manuel, su caída en la delincuencia y sus andanzas por las afueras de la ciudad (que representa el mundo de la golfería).

   - Ciudades europeas que él conoció (trilogía de "Las ciudades")

   - El País vasco y las tareas del mar (trilogías “Tierra vasca” –“La casa de Aizgorri”, “El mayorazgo de Labraz” y "Zalacaín el aventurero"- y “El mar”).

   - Las guerras carlistas y la historia española del XIX sirven de trasfondo a la serie titulada "Memorias de un hombre de acción" integradas por 22 novelas centradas en la vida de Eugenio de Avinareta, antepasado de Baroja.

  - Conflictos existenciales de un individuo sensible en la España de la época ("El árbol de la ciencia", "Camino de perfección"). “El árbol de la ciencia” narra la vida de Andrés Hurtado hasta su suicidio tras el nacimiento de su hijo y la muerte de su mujer.  En la novela se presenta la lucha entre el ‘árbol de la ciencia’, que representa el propio Hurtado -“la ciencia es la única construcción válida de la humanidad”- y ‘el árbol de la vida’,  que representa Iturrioz, quien propugna la necesidad de “una fe, una ilusión”.

  - Otros títulos de Baroja: "Las inquietudes de Santhi Andía".

 

   Sus novelas se caracterizan por los siguientes rasgos:

   - Novelas centradas en un personaje -activo y dominador o pasivo y sin voluntad- a través de la cual nos introducimos en los distintos ambientes.

   - Acción y diálogos abundantes, mediante los cuales se exponen distintas concepciones del mundo. Como contrapunto aparecen a veces una especie de remansos líricos.

  - Marcada presencia del narrador a través de comentarios y reflexiones (lo que permite al propio Baroja expresar  sus ideas filosóficas, literarias y políticas).

  - Descripciones impresionistas a base de pinceladas o unos pocos detalles físicos y psicológicos para describir a los personajes.

  - Cierto desaliño expresivo (exagerado por los críticos). Para Baroja todo debía subordinarse a la exactitud y a la claridad, de ahí la naturalidad de su estilo y el tono conversacional de sus novelas.

 

  Valle Inclán 1866-1936

 

Dos estilos definen la obra de Valle: modernismo y esperpento.

  Los años iniciales están marcados por la tendencia modernista y representados por las cuatro "Sonatas", subtituladas “Memorias del Marqués de Bradomín”:  Sonata de otoño (1902), Sonata de Estío (1905), Sonata de Primavera (1904) y Sonata de invierno(1905); supuestas memorias del Marqués de Bradomín, una especie de donjuan, "feo, católico y sentimental". La vida de este peculiar caballero español aparece envuelta en un halo de misterio, aventuras, amores y provocación, en un ambiente de elegancia exquisita, pero decadente. Lo más destacable de las Sonatas, son sus valores formales, la prosa rica, refinada, sensual y llena de ritmo.

   De esta primera época también es la trilogía de La guerra carlista: “Los cruzados de la causa”, “El resplandor de la hoguera” y  “Gerifaltes  de antaño” (1908/1909), que narran episodios de la última guerra carlista de España.

 

 

   Entre las obras de la última época destaca la que sin duda, es una de las mejores novelas de la primera mitad del siglo XX, "Tirano Banderas" (1926). La historia se centra en un supuesto dictador americano y no está localizada en un tiempo ni espacio concretos(aunque la ambientación lleva a pensar inmediatamente en México, país que valle visitó varias veces). En ella sigue apareciendo la técnica esperpéntica, esa visión deforme y monstruosamente grotesca de los personajes. Merece destacarse  el asombroso dominio de la lengua con la incorporación de giros y expresiones hispanoamericanas.

Por último las tres novelas del "Ruedo ibérico" (1927-1932), en las que Valle intenta reflejar la historia y vida de nuestro país desde el reinado de Isabel II hasta el desastre del 98, ponen al descubierto la degradación social y moral de España durante esta época.

 

Azorín 1873-1967

 

En las novelas de Azorín (José Martínez Ruiz) la narración se fragmenta en instantáneas que congelan el tiempo y captan la impresión del instante. Un ejemplo de novela impresionista es “La voluntad” (1902).  Más tarde escribe “Don Juan” (1922) y “Doña Inés” (1925), en las que se describe minuciosamente el ambiente y la sensibilidad de los personajes.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Novecentismo y Vanguardia

 

  • Dentro de la tendencia realista, pero con un tono frecuentemente humorístico estaría la obra del gallego Wenceslao Fernández Flórez (“El bosque animado”).

 

  • Ramón Pérez de Ayala.   Sus primeras cuatro novelas tienen un mismo protagonista y un fuerte contenido autobiográfico, como “A.M.D.G”, contra la educación de los jesuitas.   En la década de los veinte escribe una serie de novelas (por ejemplo, "Belarmino y Apolonio") que pueden llamarse intelectuales porque lo importante en ellas no es la acción sino las reflexiones sobre los temas más diversos (filosofía, psicología, política, moral).

 

  • Gabriel Miró.    En una primera etapa  ("Las cerezas del cementerio", 1910, novela intimista y de introspección) está muy presente la influencia  modernista: ambientes refinados y artificiosos, personajes abúlicos e inadaptados, atmósfera sensual. En una segunda etapa ("Nuestro Padre San Daniel", 1921; "El obispo leproso", 1926), Miró encuentra un estilo más personal con una prosa elaboradísima, en la que lo más importante son las prolijas descripciones de sensaciones y ambientes.  En “Nuestro Padre San Daniel” se cuenta un corto período de  la vida de Oleza; los personajes se dividen en dos bandos: los que aman la vida y los que no.

 

  • Ramón Gómez de la Serna. Conocido sobre todo por sus “Greguerías”, pero quizá lo más interesante de su producción  literaria sean sus novelas. Por ejemplo,   “La viuda blanca y negra”, cuya historia se centra en una única relación erótica, la de Cristina y Rodrigo.

 

 

1 comentario:

  1. Es muy interesante espero que sigas sacando artículos porqye me ayudan mucho en mis estudios

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